Sonambulismo
La razón por la que no debes despertar a un sonámbulo
Un fenómeno más común de lo que parece.El sonambulismo es un trastorno del sueño que afecta a una parte considerable de la población, especialmente a los niños. Se estima que uno de cada cinco menores camina dormido con regularidad y que al menos el 40% lo ha hecho alguna vez. Aunque con el tiempo esta condición tiende a desaparecer, entre el 1% y el 2,5% de los adultos continúan experimentándola.
Para quienes han presenciado a un sonámbulo en acción, la situación puede parecer extraña y hasta inquietante. Estas personas pueden realizar actividades diversas mientras duermen. Sin embargo, uno de los consejos más repetidos es que nunca se debe despertar a un sonámbulo. Pero, ¿es esto realmente peligroso?

Lo que ocurre en el cerebro de un sonámbulo
El sueño pasa por diversas etapas a lo largo de la noche. La fase conocida como movimientos oculares rápidos (MOR) es aquella en la que más sueños tenemos, y durante esta etapa el cuerpo está paralizado para evitar actuar lo que estamos soñando. No obstante, el sonambulismo ocurre en una fase mucho más profunda, cuando algunas partes del cerebro están activas y otras no.
El sonambulismo es, en esencia, un desequilibrio entre estos dos estados, lo que hace que la persona pueda moverse sin estar completamente despierta.
Estudios han demostrado que los sonámbulos suelen tener la mirada perdida y que es difícil captar su atención. Aunque la imagen de alguien con los brazos extendidos al estilo de un zombi es un mito, sí es cierto que estas personas deambulan en la oscuridad sin encender luces, confiando en la memoria espacial de su entorno.
Despertar a un sonámbulo: mitos y realidades
Existe la creencia de que despertar a un sonámbulo puede ser peligroso, causarle un ataque al corazón o dejarlo en coma. Sin embargo, esto no es cierto. No obstante, la realidad es que despertarlos de forma abrupta puede ser una experiencia muy desagradable para ellos.
Al interrumpir su estado de sueño profundo, pueden sentirse confundidos, desorientados e incluso angustiados. Algunas situaciones pueden poner en riesgo la seguridad de un sonámbulo. Se han registrado casos de personas que han salido a la calle dormidas e incluso han intentado conducir un vehículo sin estar conscientes de sus acciones.
En un caso más extremo, una adolescente fue encontrada dormida en la cima de una grúa de 40 metros de altura. Aunque estas situaciones son poco comunes, los especialistas en trastornos del sueño recomiendan tomar precauciones para evitar posibles accidentes.
¿Qué hacer si encontramos a alguien caminando dormido?
Si nos encontramos con una persona en estado de sonambulismo, lo mejor es no despertarla bruscamente. En su lugar, lo ideal es guiarla suavemente de regreso a su cama, asegurándonos de que no haya obstáculos que puedan hacerla tropezar.
En el caso de niños que presentan episodios frecuentes, los expertos sugieren despertarlos con suavidad unos 15 minutos antes de la hora en la que suelen levantarse dormidos. Este método puede ayudar a interrumpir el ciclo del sueño y prevenir futuros episodios.
En definitiva, aunque no es peligroso despertar a un sonámbulo, hacerlo puede generar una situación de confusión e incomodidad. La mejor estrategia es proteger su entorno para evitar accidentes y, cuando sea posible, dirigirlos con cuidado de vuelta a la cama. Con las precauciones adecuadas, el sonambulismo no tiene por qué representar un problema grave en la vida cotidiana.