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Perrito con cáncer pasó su último día comiendo sus comidas favoritas: pizza y tacos

Todos hemos tenido una mascota con la que nos hemos vinculado afectivamente que es considerado un miembro más de la familia, pues el cariño  amor incondicional que nos brindan, siendo imposible no enamorarse de ellos, queriendo que nos durarán toda la vida.

Foto: Upsocl

Tal es el caso de Calah Rose, una mujer que decidió regalarle a su perro el mejor último día de su vida, esto luego de haber sido diagnosticado con cáncer terminal, enfermedad que ya no tendría cura, por lo que debía sacrificarlo.

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Foto: Upsocl

Fue el año pasado que Calah, se enteró que su perro Bleu el cual era el nombre de su mascota de 13 años, sufría de un cáncer que ira incurable; por lo que la mujer quedó devastada con la noticia, ya que el perro siempre estuvo junto a ella en los momentos más difíciles y felices desde que el perrito tenía tan solo un mes y medio de edad.

“Nunca he estado sola porque él siempre ha estado a mi lado”, dijo Calah al enterarse de esta trágica noticia.

Foto: Upsocl

Sin embargo, fue en agosto del año pasado, que Bleu comenzó a mostrar signos de la enfermedad; y casi un año después, Calah recibió la devastadora noticia de que no viviría más tiempo:

“El veterinario me dijo que su cáncer era demasiado agresivo y que necesitaba considerar la eutanasia”, reveló su dueña.

Foto: Upsocl

Tras esto la dueña decidió organizar un fin de semana inolvidable para su anciano perro, donde la mayor parte del día estuvo enfocado a las actividades favoritas, y también de sus platos de comida preferidos.

“Lo llevé al parque, al lago para perros y a la tienda de mascotas. Consiguió varios vasos para cachorros de Starbucks y Dunkin’ Donuts, y escogió el hueso más jugoso de la tienda”, dijo Calah.

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Finalmente, Calah solo esperó hasta sus últimos dos días en la tierra antes de comenzar a alimentarlo con comida humana, para que no le hiciera daño en el estómago.

El perro recibió desde tacos hasta macarrones con queso, pizza y KFC, pues la dueña dejó que Bleu disfrutara de su última cena sin preocuparse por nada: 

“Pasamos el último fin de semana comiendo todas sus delicias humanas favoritas, porque sabía que en solo dos días tendría que devolverlo al cielo”, finalizó.

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